sábado, 2 de febrero de 2013

Preparando el viaje a Marrakech y primer día


Por fin íbamos a conocer Marruecos, es un viaje que teníamos pendiente la mitad de la familia, así que decidimos regalárselo a mis padres por su 30º aniversario e irnos todos. Para que no hubiera problema de fechas se lo dijimos con tiempo, y para que nos saliera más barato nos fuimos en diciembre en vez de en octubre.

Antes volaba Easyjet, pero ahora sólo lo hacen Ryanair e Iberia. Como Ryanair no estaba en su mejor momento cuando lo decidimos (retrasos, problemas de combustibles, chinches…) decidimos no jugárnosla (y menos en un viaje familiar de pocos días) y volar con Iberia, pero claro, era más caro, de ahí el cambio a diciembre.

Teníamos muchas ganas, nos pusimos a buscar información sobre Marrakech (que era la única ciudad que visitaríamos porque íbamos sólo 4 días) y reservamos el riad (alojamiento típico marroquí parecido a nuestros cortijos).

Pero cuando se acercaba la fecha se nos complicó el viaje. Iberia hacía huelga tanto el 14 como el 17 (nuestra ida y nuestra vuelta). Y en el caso de que el vuelo saliera el 14 no había forma de asegurarnos la vuelta (pues la huelga era también los días siguientes al 17, hasta el 21). Se nos chafó, y poco a poco fuimos pensando que no era ahora cuando iba a salir el viaje, habría que posponerlo, quizá a febrero… empezamos hasta a hacer planes para ese fin de semana en Madrid, no sabíamos si cancelar la reserva del Riad…y de repente, se desconvoca la huelga, a 4 días de salir. Al principio, casi hasta nos fastidió, ya nos habíamos hecho a la idea de quedarnos. Pero volvimos a ilusionarnos, a pensar deprisa y corriendo qué llevarnos en la maleta, cómo ir al aeropuerto, a mirar el tiempo que hacía allí, a buscar cosas que ver…

Y llegó el 14 de diciembre. Y allí nos fuimos todos al aeropuerto. Éramos 8. Tan contentos de tener unas vacaciones así porque sí en diciembre, en unas fechas que no son habituales, justo el fin de semana entre el puente de diciembre y la Navidad. En Madrid estaba haciendo un tiempo muy feo, no sólo hacía frío, sino que hacía unos días que no se veía el sol, todo era gris, y ahora nosotros nos íbamos a un tiempo primaveral, con temperaturas de 20º de media durante el día (aunque es verdad que cuando se iba el sol hacía falta la chaqueta). Alguno iba hasta con intención de ponerse moreno.

El vuelo salió en hora y llegamos bien. El avión era pequeñito, dos asientos a cada lado del pasillo, y nos metieron la maleta en las tripas del avión sin tener que facturar, dejándola al embarcar y cogiéndola nosotros mismos en la pista, al bajarnos; muy cómodo. Nos venían a recoger al aeropuerto unos taxis de parte del riad. Ese aeropuerto que dicen es uno de los más hermosos del mundo, y que a nosotros nos recibió estupendamente.

Llegamos al riad, que estaba en el mismo centro, recorriendo callejuelas. Nos invitaron a un té con pastas al recibirnos y vimos las habitaciones, que estaban muy bien. Éramos los únicos huéspedes, así que era como estar en casa (aunque el último sábado llegó otra pareja a la otra habitación que había libre).

Nos fuimos a dar una vuelta por el zoco, que estaba muy tranquilito y luego cenamos en la plaza Jamaa el Fna (que he leído por ahí que el nombre significa "Lugar de los ejecutados" porque hasta principios del siglo XX se ejecutaba ahí a los criminales).

Comimos algo en una pizzería, donde probamos ya la comida del país, que nos ha gustado mucho. Después nos acercamos a la Kutubiya, el minarete tan parecido a la Giralda. Nos volvimos un rato al riad, a descansar, y sobre todo a abrigarnos un poco, porque aunque hacía muy buen día, por la noche refrescaba, al fin y al cabo, seguía siendo diciembre.

Cenamos en un puesto de la plaza: Cous cous, sopa, pinchos morunos... En un puesto cercano compramos pastas y nos las tomamos de postre.

Y de vuelta al riad a descansar, que era suficiente para el primer día.


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