sábado, 2 de febrero de 2013

Enero: primera escapada

Enero ha sido un mes muy largo, parecía interminable, pero no, aquí estamos, en febrero, por fin. Ha sido un mes frío, de mucho trabajo y muchas cosas. Necesitaba una escapadita, descansar, desconectar de todo y de todos. Nos habían regalado por Reyes una caja de "La vida es bella" de estancia + spa. Vimos que algunas de las opciones incluían masaje, así que buscamos una que estuviera cerca (sólo era una noche y la idea era descansar, no hacer kilómetros y kilómetros). Encontramos uno que se ajustaba a lo que buscábamos "La posada de los antiguos telares", una casa rural en Atanzón (Guadalajara).

El sábado nos levantamos con calma, necesitábamos dormir, nos hicimos unas tortitas para desayunar, metimos un par de cosas en la maleta y salimos para allá. Hacía un día espléndido, unos 17º y un sol radiante. Me encanta el sol, sobre todo en invierno, siento que me activa, que me dan ganas de hacer cosas, me saca una sonrisa sólo con verlo al asomarme a la ventana por mañana. Íbamos los dos tan contentos, con el techo solar abierto y escuchando música, felices simplemente de estar ahí. La sensación mejoró, si cabe, cuando salimos de la A2 y nos metimos por carreterillas con sólo campo a ambos lados, pasando pueblecillos de largo y sin cruzarnos con apenas nadie. Creo que merece la pena vivir en un sitio como Madrid sólo por la sensación de libertad y paz que se tiene en cuanto te alejas unos pocos kilómetros. Y que conste que lo dice una enamorada de Madrid; pero se agradece escapar de los atascos mañaneros, del tiempo que lleva desplazarse a cualquier sitio, de los compromisos y el trabajo.

Llegamos poco después de las 15.30. Nos enseñaron la casa entera, que ha sido reformada hace pocos años, los salones, la bodega, el spa y nuestra habitación. Nuestra habitación era la más pequeña, pero muy agradable, y el baño no estaba mal, con bañera de hidromasaje.

Como no habíamos comido, nos recomendaron un restaurante de unos amigos suyos en el pueblo de al lado,  Caspueñas, al que se iba por un camino que tenía algo de nieve a los lados. Cuando llegamos al pueblo sólo nos cruzamos con una pareja que se subía al coche y se iba, el resto del pueblo era (o parecía) sólo para nosotros, ni un ruido, ni una persona. Encontramos el restaurante "Ágape" en una esquina al lado de la iglesia, en una plaza monísima. Nos pedimos unas cañas mientras elegíamos la comida. Nos pasaron al salón superior donde sólo estaba una familia que terminó de comer poco después de que llegáramos y nos dejaron el salón para nosotros solos, con un recopilatorio de música estupendo y un montón de comida, muy rica y muy abundante. Además, para empezar nos invitaron a una sopa de la casa (una especie de sopa castellana) que estaba estupenda. Acabamos tan llenos que no fuimos capaces ni de pedirnos postre; y eso, los que me conocen saben que no lo perdono fácilmente.

 

  

  

Nos volvimos para Atanzón, porque teníamos la hora del masaje a las 18.30 y era casi esa hora. Nos dejó groguis, y decidimos que era el momento del spa. El spa era pequeñito, pero no nos importaba mucho porque casi no había gente. El problema era que el agua no estaba caliente, y en otra época del año lo mismo se agradece, pero en enero y nosotros, que somos tirando a frioleros, no aguantamos mucho, así que decidimos que era el momento de probar la bañera con jacuzzi de la habitación. Allí nos alternamos hasta la hora de la cena. La cena muy abundante y muy rica también.

Dormimos mucho y desayunamos muy a gusto. La pena que el día se había levantado muy feo, con mucha niebla y no se podía disfrutar mucho del paisaje. Recogimos y nos fuimos a ver Torija, otro pueblo por allí cerca. Más grande que los anteriores, que tiene un castillo con el centro de interpretación turística de Guadalajara, donde se puede hacer un recorrido por los aspectos más relevantes de la provincia (fiestas, arquitectura, gastronomía...).

 

 


Y vuelta a Madrid, más relajados, muy contentos y con fuerzas para empezar la semana, que, para mi, ha sido la peor de trabajo. Pero hoy es viernes y por fin se acaba. ¡Feliz fin de semana!

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